Muchos afirmamos ser libres gracias al haber conocido a Dios y por medio del Sacrificio que Jesús hizo en la Cruz por nosotros. Ahora pensemos unos segundos en este ejemplo práctico: Una pequeña y colorida ave, cuyo canto escuchamos y nos parece hermoso. Esta bellísima creación de Dios fue diseñada por nuestro Padre para ser libre y poder desempeñar el propósito para el cual fue creada, pero en vez de eso vive encerrada en una jaula, donde cuenta con comida, agua y hasta un lugar donde mirar al horizonte, horizonte que pudo dejar de sentir hace ya mucho a causa de su encierro, por estar esclava en esa jaula donde aunque no tiene necesidades básicas carece de libertad, ella no está allí porque lo desee o tal vez jamás conoció otra cosa, pero de seguro siempre se pregunta como será vivir más allá de los barrotes que la separan de ese bello sol que ve brillar, de seguro al tener tan solo un instante para escapar lo haría ya que fue creada, diseñada para vivir libre y no sujeta a una jaula.
Nosotros no somos aves, somos los seres más complejos creados por Dios, pero a veces aún teniendo el regalo más grande y precioso de todos, la Salvación, descuidamos eso y en vez de movernos en la libertad que Dios nos regaló a traves de Jesús optamos por hacernos dependientes y esclavos de cosas ajenas a nuestro Creador pero propias del mundo y la sociedad en que vivimos. Día a día vemos cada vez más adolescentes, jóvenes y adultos esclavos de la pornografía y la masturbación, cosas tan comunes pero muy poco tocadas, salvo por algunos líderes concientes de la necesidad de tocar estos temas que están esclavizando a millones de personas a través del mundo.
A veces entramos en esas "jaulas" a las que llamaremos pornografía y masturbación, entramos por propia voluntad, haciendo uso de la libertad para elegir con la cual Dios nos creo, ingresamos en ellas, consumimos la basura que comparten viralmente y luego salimos o mejor dicho creemos haber salido, hasta que despues de volver una y otra vez nos damos cuenta que estamos en problemas.
Que curioso que siendo libres y teniendo plenitud en Dios nos hagamos voluntariamente esclavos de nuestros propios deseos, aún sabiendo que no hay nada mejor que ser libres en Espíritu, nos hacemos esclavos de nuestra carne (Lee Romanos 8:1) en ese pasaje habla de que no hay condenación para los que están en Jesús, aquellos que están en Cristo son quienes no andan conforme a los deseos de su carne, sino conforme al Espíritu por lo tanto es hora de hacernos la siguiente pregunta:
¿Soy verdaderamente libre? Tenes la posibilidad de ver, de palpar lo que te espera si te mantenes en el camino de Dios y sos fiel y obediente a Su Palabra que lo único que busca es lo mejor para nosotros. ¿Porque estar preso de algo que te consume, te aleja de Dios y termina destruyendo tu mente, tus sentimientos y hasta a tu familia?
Es momento de que tomes una determinación y decidas salir de tu jaula para poder sentir la hermosa sensación de Libertad que Dios nos regala, ya no esperes más, abre la puerta y si aún con la puerta abierta te das cuenta de que no eres lo suficientemente fuerte para poder salir, no te desanimes, siempre estará la mano de Jesús tendida para vos, aferrate a ella, ya sabes que no hay nada imposible para Él.
Si se entrego en ese madero por tu vida, como no va a poder hacerte libre y sacarte de ese vacio que solo Su amor puede llenar!
Puedes continuar en tu jaula encerrado y preso de tus deseos o puedes salir y volar gritando a los cuatro vientos que Dios te libero y si lo hizo contigo también lo hará con otros.
Encerrados en nuestras jaulas que nos alejan de Dios es imposible agradarle o servirle. El próposito de tu vida es que compartas lo que Dios ha hecho con vos y no que vivas haciendo cosas ocultas en la oscuridad de tu privacidad sin que los demás te vean pero con la mirada y la presencia de Dios siempre a tu lado, en las buenas y en las malas.
Vos ya sabes lo que es vivir en libertad, ya conoces lo hermoso de sentirse amado, protegido y bendecido entonces en vez de dar rienda suelta a tus pasiones, tómate un minuto y pídele a Dios que te ayude a ser libre de tu jaula, sea cual sea. Si no lo haces te harás adicto de algo que será cada vez más dificil dejar.
Así que elimina de tus favoritos esos sitios basura y pon ahí, en su lugar, a Dios a Su Palabra y a la libertad que Él desea para vos. SI PUEDES HACERLO!